Marcela y Leo tenían una relación de pareja bastante estable. Bastaba mirar la manera en que Leo se desvivía por complacer y ayudar a Marcela.
La pareja estaría cumpliendo dentro de tres meses un año de noviazgo. Ya para ese momento se veían contemplando la idea de casarse y formar una familia.
Sin embargo, Marcela no se sentía del todo satisfecha en su relación. Muchas de sus expectativas en torno a cómo “debería” ser un noviazgo no se estaban cumpliendo. Por ejemplo, todavía le afectaba que Leo pasara todo un día sin llamarla o que no le dijera con frecuencia que la amaba. Ella pensaba que ese tipo de acciones eran parte importantes de estar en pareja. Sin darse cuenta, terminaba comparándolo con las parejas de sus amistades y sintiéndose un poco desanimada en la relación.
Un buen día, Marcela me citó para almorzar y tomar un café. Me contó su sentir respecto a la relación con Leo. Luego de escucharla, no dude en compartirle mi parecer respecto a sus emociones y pensamientos.
Primero, le platiqué sobre las diferentes maneras que tienen las personas de mostrar su amor. Para ella, podría llegar a ser muy alentador que comenzara a enfocarse en los actos de amor que hacía Leo por ella cada vez que intentaba complacerla.
Segundo, le dije que volteara su atención a la tarea hermosa de construir su propia relación, una relación única de ellos dos. Al mismo tiempo era recomendable que se fuera alejando de expectativas y/o modelos preconcebidos por los medios de comunicación, o entre sus mismo círculo social y familiar, de lo que se supone sea una relación de pareja.
Una hermosa, gratificante y difícil tarea
Podría afirmar que al igual que Marcela, mucho de nosotros terminamos creyendo en algún momento de nuestras vidas que hay una sola manera en la que se “supone deberían” de ser las relaciones de pareja. Crecemos esperando vivir la historia de muchos protagonistas de novelas, películas y/o series de televisión, procurando copiar y vivir, quizás de forma inconsciente, lo aprendido. El problema es que cuando no se cumplen esas expectativas terminamos desilusionándonos y desanimándonos en la relación, afectando de este modo la relación y a la pareja.
Por tal motivo, es necesario enfocar la atención en nuestra pareja con el fin de conocerla, y junto a ese conocimiento y el conocimiento de nuestra propia persona, embarcarnos en la difícil, pero hermosa y gratificante tarea de construir una relación única.
¿Cómo entonces podemos construir nuestra historia de amor de forma única?
Construir una relación única es como crear una prenda de vestir a mano y a nuestra talla. Para confeccionarla, se utilizan diversos materiales. Se eligen diferentes telas, colores, diseños, entre otros. En el caso de las relaciones, existen varios materiales indispensables para lograr crear una relación a nuestra medida. Veamos cuales son.
Sus personalidades
¡Conócete!
La personalidad es aquello que nos distingue de las demás personas. Las características de personalidad incluyen la manera de relacionarnos con los demás, de enfrentar la vida, de tomar decisiones y resolver problemas. Al adquirir conocimiento de nuestra propia personalidad podemos comunicarle al otro lo que necesita saber, con el fin de que logre comprendernos, evitando de este modo las malinterpretaciones de nuestras acciones.
Sus necesidades emocionales
¡Dile lo que quieres!
Las necesidades emocionales son aquellas que se satisfacen cuando logramos experimentar emociones tales como el sentirnos especiales, admirados, cuidados, consentidos, amados, relajados, atendidos, y/o apoyados. Inclusive para otros, el tiempo a solas y en silencio con uno mismo también es una necesidad emocional. Cada uno de nosotros puede llegar a experimentar estas emociones con diferentes acciones que realiza la pareja.
Comunicarle al otro la manera en que se satisfacen estas necesidades en nosotros es esencial para llegar a acuerdos que nos permitan sentirnos satisfechos y comprendidos en la relación. De este modo vamos renunciando a la famosa frase: “Se supone que tu sepas…” y a la expectativa de que el otro lea nuestra mente.
Sus valores
¡Lo que valoro!
Cada persona aprende a valorar ciertos aspectos de la vida de forma individual. Algunos le dan mucho valor al trabajo, al ser responsable, honesto, a la diversión, a la naturaleza, la puntualidad y/o la fidelidad entre otros. Conocer lo que mi pareja valora nos permite aprender a valorar eso que es importante para la pareja, y sobre todo a entender sus acciones. Tal aprendizaje llega a significar para el otro un acto de amor.
La realidad de sus vidas
Considerar la realidad de vida de cada cual es esencial para poder mostrarnos comprensivos ante el otro. Entender y tomar en consideración sus compromisos familiares, económicos, de salud, de estudio, entre otros permite crear un ambiente de respeto en la relación.
Relación en proceso de construcción
Una relación en proceso de construcción es aquella que toma en consideración al momento de la elaboración tanto la personalidad y las necesidades emocionales como los valores y la realidad de vida de cada persona. Es aquí en donde con todos estos materiales sobre la mesa, se inicia la elaboración de una relación hecha específicamente para ambos, a nuestra medida y para nada genérica. La comunicación y negociación son los instrumentos que junto con los materiales crean la obra maestra, una relación única. Los diseñadores somos nosotros. El tiempo de la confección puede durar meses o años. Lo importante es que una vez este solidificada la relación, se de mantenimiento de modo que pueda durar toda la vida.