Aburrimiento: Prohibido en nuestra relación

Muchos de ustedes se acordarán de ese anuncio de televisión donde los miembros de la familia cantaban a coro: “lo miiismo, lo miiiismo”. Era evidente que para esa familia era casi una tortura tener que comer todos los días el mismo menú. No hay duda de que lo mismo cansa y aburre.

A su vez, el aburrimiento es opuesto a la diversión, la cual se define como una necesidad emocional que necesita ser satisfecha.  Necesitamos y queremos tener momentos felices, conversaciones amenas e interesantes; necesitamos reír tanto como necesitamos tomar agua y comer.

Pero, más allá de eso, la falta de diversión y variedad en algún aspecto de la vida provoca desmotivación, ya sea en el trabajo, la universidad o en las relaciones sociales y familiares. Tal desmotivación afectará el empeño y energía que se invierta en esa área de nuestras vidas y por consiguiente el producto final. 

Ahora bien, ¿qué tiene que ver todo esto con las relaciones de pareja? Sencillo. Dos grandes enemigos del matrimonio y de cualquier relación de pareja son la monotonía y la rutina. Sabemos muy bien que estos dos personajes producen estragos significativos en la vida de cada uno de los miembros de la relación.  

Monotonía y rutina en la relación de pareja

Al principio de la mayoría de las relaciones, éstos dos personajes están prácticamente comiendo banco como dirían los peloteros. Por otro lado, la novedad, las emociones que se generan tras la conquista, las salidas frecuentes, y el romanticismo, entre otros factores, asumen un rol protagónico durante esos primeros meses y hasta años de relación. Luego comienzan a aparecer en escena esos otros dos personajes: la monotonía y la rutina.

Éstos entran sigilosamente hasta que se van posicionando en la relación. Terminan encubriéndose con los estresores del día a día hasta que se apoderan de todo el libreto de aquella historia de amor que una vez fue emocionante y divertida.  En este punto, la relación ya deja de ser algo que genere disfrute, alegría, motivación y/o entusiasmo. Lo peor del caso, es que terminamos desmotivados en la relación y alejándonos cada vez más emocionalmente del otro.    

La realidad es que no tiene por qué ser así. El estar consciente de estos procesos sería el primer paso para combatir la monotonía y rutina en la relación de pareja. Una vez tenemos tal conciencia, el próximo paso sería tener la voluntad de actuar en contra de estos dos personajes. Lo próximo sería actuar.      

¿Qué podemos hacer para combatir la monotonía y rutina en la relación de pareja?

A continuación, algunas sugerencias:

  • Trabajar hacia el desarrollo personal a través del aprendizaje de una destreza nueva, un idioma, un deporte, disciplina, un instrumento, entre otras, permite que la pareja siga siendo algo novedoso para el otro a medida que va añadiendo aspectos nuevos a su vida haciéndose de ese modo menos predecible y más interesante. 
  • Tener proyectos individuales tales como trabajar el jardín, realizar un huerto casero, asistir como voluntario en alguna organización, y/o crear algún tipo de taller en el hogar como lo puede ser un taller de costura, cerámica, pintura, entre otros promueve que el otro se integre ya sea colaborando, asistiendo en la mano de obra, o apoyando de diferentes formas ese proyecto individual del otro. 
  • Leer de un tema que le pueda interesar a ambos de modo que puedan compartir de lo aprendido durante la cena o su tiempo como pareja.  
  • Interesarse en los intereses del otro buscando aprender, ya sea utilizando como herramienta de aprendizaje videos, libros, o audio, ayudaría a que el otro pueda compartir más de sus experiencias con su pareja al percatarse del interés del otro por lo suyo. 
  • Proponerse conocer lugares nuevos para luego invitar a la pareja a conocerlos y sorprenderlo.
  • Invitar a amistades en común a la casa o en algún otro lugar para compartir.
  • Tener iniciativa y sorprender al otro con aquello que sabe que le agrada.   
  • Buscar cantantes diferentes del género de música que le gusta al otro y así tener un tema de conversación.
  • Utilizar la tecnología como vehículo creativo para comunicar, por ejemplo, la lista del supermercado.
  • Desayunar o cenar en el balcón o en el patio.
  • Aprender a compartir los pensamientos y emociones respecto a diferentes áreas de sus vidas, promoviendo de este modo la intimidad emocional, la cual se logra al dejar que el otro tenga acceso a nuestro interior.    
  • Hacer actividades como pareja al aire libre en donde ambos puedan aprender cosas nuevas y/o divertidas.  
  • Tener proyectos juntos como tarea como puede ser viajes o aprender a tomar clases de baile.
  • En cuanto a la imagen, es importante traer variedad a los ojos de la pareja. Por ejemplo, las mujeres podrían hacerse peinados distintos como trensas, y los hombres dejarse la barba. En ambos, podrían utilizar colores de ropa diferentes; utilizar estilos de ropa variados, y/o de espejuelos podría también traer variedad a la relación.

Nuestra relación: Una gama de colores

Son innumerables las estrategias que se pueden hacer para prevenir la monotonía y la rutina en la relación. Más aun, la variedad en nuestras vidas no requiere siempre de una gran inversión de dinero. Muchas de las cosas mencionadas arriba requieren de poca o hasta ninguna aportación económica. De modo que, está de nosotros tener de forma consciente el querer provocar estos cambios tanto en nuestra persona como en nuestras acciones con el fin de combatir la monotonía y rutina en la relación.  

En conclusión, la vida no tiene por qué ser blanca y negra. Hay tantos colores y tonalidades que si nos encapsulamos en solo algunos, nos limitamos y nos hacemos aburrido para el otro.  En la variedad y la creatividad están los componentes que pueden mantener la diversión y el disfrute en la relación de pareja.