¿Porque todas mis relaciones terminan mal?

Eran las 8:45 de la noche cuando Elisa llegó al apartamento de su amiga. Se sentía destrozada luego de que Pedro hubiera decidido terminar la relación de casi dos años. Horas antes le había comunicado que a pesar del sentimiento que sentía hacia ella, no podía continuar la relación debido a las diferencias que constantemente tenían y que a pesar de los múltiples intentos de trabajarlas no lograban resolverlas. Para él ya sus conflictos con ella se habían vuelto rutina. Se sentía juzgado, desvalorado y presionado. Para Elisa, ya esta era la tercera relación que perdía por lo que terminaba preguntándose: “

¿Qué hacer cuando se termina una relación?

                Terminar una relación y no darse la oportunidad de reflexionar sobre lo ocurrido es asegurarse volver a caer en la misma experiencia difícil una vez se inicie una nueva relación. Por lo tanto, es importante ver cada relación como una experiencia de vida en la que se logra tanto conocerse más a sí mismo como también identificar la lección o lecciones que se necesitan aprender para así poder aplicar lo aprendido en la próxima relación. De lo contrario, cada error cometido se volverá a cometer y cada relación iniciada se volverá a perder.

Preguntas que son necesarias hacerse

                Una vez se termine una relación, tomarse tiempo para considerar lo ocurrido es un camino necesario a recorrer. Si se quiere obtener respuestas a las interrogantes sobre la propia persona, es necesario el auto-análisis, la reflexión y honestidad. Tales respuestas revelaran el interior de cada cual, los miedos, los temores, y las inseguridades.

Ahora bien, ¿qué preguntas son entonces las que hay que hacerse? Entre muchas de las preguntas que se podrían hacer, una de las más significativas puede ser aquella que explore los errores que se cometieron en la relación y que abonaron a la ruptura de la misma. ¿Cuáles son esos posibles errores? Veamos algunos de ellos.  

Errores más comunes en las relaciones de pareja

  • Huir muy rápido: terminar la relación sin antes darse la oportunidad de dialogar y considerar la posibilidad de buscar maneras alternas de resolver las diferencias. Hacerse esto no da el margen necesario para poder considerar el potencial que pueda tener la relación.
  • Egoísmo: considerar solamente lo que se quiere y se necesita y obviar o ignorar lo que la otra persona quiere y necesita. Es querer complacerse a sí mismo y no actuar para complacer al otro.
  • Asumir: pretender que la percepción y/o interpretación propia es la correcta y/o que no es necesario decir algo que se considera lógico u obvio. 
  • Esperar que el otro cambie primero: es entender que el otro debe cambiar primero para uno poder actuar a favor de la relación. Hacerse esto es no darse la oportunidad de influenciar el cambio del otro a través del cambio de la propia persona por esperar a que el otro cambie primero.
  • Ser juez: asumir el rol de juez al juzgar las acciones del otro. Lo contrario a ser juez sería desarrollar la curiosidad para entender la experiencia del otro por medio del diálogo, la comprensión y la empatía.    
  • Reclamar y presionar: es exigir, reprochar, y/o demandarle al otro. Estas acciones provocan defensa, y un sentimiento de presión en la otra persona.   
  • Dar por ganado al otro: es no esforzarse por agradar al otro. En otras palabras, es no actuar proactivamente para afirmar de forma frecuente el amor a la otra persona.
  • Ahogar: es no brindar espacio personal a la otra persona.  
  • Controlar: querer que las cosas se hagan a su modo e inclusive, que la otra persona actúe también a la manera del otro.
  • Ser reactivo: es no pensar antes de actuar o hablar.
  • Desesperarse: no lograr manejar la ansiedad o la incertidumbre que le provocan ciertas situaciones. Situaciones que, por demás, requieren de tiempo para que puedan solucionarse.     
  • No consultar: decidir y actuar sin comunicarle al otro.  
  • Justificarse: dar excusas, lo cual lleva a no reconocer los errores ni asumir responsabilidad por los mismos.  
  • No validar: no afirmar con palabras y hechos el valor e importancia que tiene para el otro la emoción que experimenta en cierto momento.
  • No valorar: no afirmar con hechos y palabras las acciones positivas del otrohacia la relación y/o familia.
  • No sanar ofensas pasadas de antiguas parejas: no procesar las heridas pasadas y terminar proyectando las mismas en la pareja actual. Ejemplo: acciones basadas en el miedo a que la pareja actual sea infiel como lo hizo la pareja pasada.
  • Idealizar al otro: no ver al otro en su complejidad como ser humano incluyendo tanto sus fortalezas como sus debilidades.  
  • Expectativas irreales: esperar algo del otro que sobrepase su capacidad actual.
  • Que el mundo gire en torno a ese otro ser: en vez de tener su propia vida para compartirla con la pareja; su vida es la vida de la pareja.  

Relación: terreno fértil para crecer

Las relaciones de pareja son el terreno fértil perfecto para que un ser humano desarrolle todo su potencial como individuo.  En ellas, las dos personas logran alimentarse así mismas de lo que cada uno tiene para darle al otro. Son, literalmente, espejos el uno del otro en donde cada cual puede ver sus fortalezas y debilidades.

Aprovechar esa interacción relacional para poder identificar las áreas a trabajar y poder mejorar en el ámbito social es la máxima meta en cualquier relación humana, en especial, en las relaciones de parejas debido a la intensidad y profundidad de las emociones que se generan en las mismas. Así que, veamos cada relación de pareja como una oportunidad de crecimiento.

Dra. Libna Sanjurjo. La autora es psicóloga clínica con práctica privada en Hato Rey. lasanjurjo@gmail.com

Nueve acciones a realizar en la relación de pareja

   Cuando Tobías conoció a Amelia, su agenda estaba bastante ocupada. Era estudiante de derecho, más trabajaba a tiempo parcial y practicaba uno de sus hobbies favoritos de forma frecuente. Por otro lado, Amelia, compartía una agenda similar con la añadidura de su participación activa en su comunidad religiosa. Sin embargo, el interés de ambos por trabajar la relación era tal que lograban organizar su agenda de manera que lograban crear tiempo para trabajar aspectos esenciales e importantes en lo que era la construcción de su relación. Ambos sabían que, de no hacerlo, no lograrían conocerse para poder establecer un compromiso en el futuro. 

                Al presente, llevan cinco años de casados. Sus agendas están más cargadas que hace seis años. Sin embargo, la práctica que tuvieron en su noviazgo les permitió prepararse para lo que sería la vida matrimonial. Día a día buscan activamente crear el tiempo para aquello que sostendrá la relación y que es importante para la misma. Ahora bien, ¿cómo se logra la creación del tiempo? La misma se logra a través de una buena administración del mismo.   

Administración del tiempo        

                La administración del tiempo en la relación de pareja es clave para que ésta se sostenga. Administrar implica lograr utilizar el tiempo que se tiene de forma sabia, organizada y eficiente. Inclusive, en muchas ocasiones administrar implica también crear tiempo donde no existe. Tanto la utilización como la creación del tiempo requiere el establecimiento de prioridades, reprogramación de compromisos, y flexibilidad ante los imprevistos y demandas del día a día.

¿Tiempo para que…?

                Identificar aquello a lo que hay que dedicar y crear tiempo es esencial para poder administrar sabiamente el tiempo. Las mismas pueden ser varias, mas intentaré identificar aquí las que considero más fundamentales. Estas serían: esperar, actuar, estar solos, recesar/descansar, enamorar, pensar en el otro, compartir y escuchar. Veámoslas en detalle.

  • Esperar: ¿Esperar qué? Por ejemplo, en ocasiones, se requiere tiempo para esperar que la otra persona logre procesar lo que se le comunicó; calmar sus emociones; y/o tomar decisiones. Apurar al otro o presionarlo es contraproducente para la misma relación, y a su vez, es una manera de no respetar su necesidad de tomarse su tiempo.
  • Actuar: hay ocasiones en que la misma ansiedad o los miedos obstaculizan la toma de acciones a favor de asuntos que impactarían positivamente la relación como pudiera ser resolver problemas financieros, de salud, del hogar, de la misma relación de pareja o de las relaciones con los hijos u familiares. La falta de acción en asuntos similares podría provocar frustración, decepción, ansiedad o cansancio en el otro. Por tal motivo, es esencial manejar las emociones que obstaculizan la toma de acción, para eventualmente poder actuar cuando se requiera.  
  • Estar solos: ciertamente el ser humano es gregario y relacional, mas esto no implica que no necesite de tiempo a solas para disfrutar de aquellas tareas y/o actividades que le guste hacer consigo mismo. Más allá de eso, estar solo permite pensar en si mismo, en sus necesidades, deseos, conductas hacia los demás, motivaciones e intenciones. Sin duda alguna, la reflexión interna es lo que permite determinar cómo estamos conduciendo nuestras vidas y si lo que hacemos nos dirige hacia el bienestar de la relación.
  • Recesar/descansar: entender que no somos maquinas es indispensable para crear tiempo para el descanso y la relajación. Buscar activamente la manera de crear ese tiempo es una manera de amarnos a nosotros mismos al reconocer nuestra vulnerabilidad como seres humanos y validar nuestras emociones de cansancio y estrés entre otras. Ignorar esas señales que nos da el cuerpo es no amarnos.
  • Enamorar: enamorar a la pareja debe ser una meta que nunca se expire. Constantemente es indispensable mantener viva esa llama del romance y la conquista. De tal forma se estaría valorando y apreciando al otro al no darlo por ganado.
  • Pensar en el otro: Si difícil es sacar tiempo para pensar en uno, más difícil puede llegar a ser sacar tiempo para pensar en las necesidades del otro y de sus emociones. Si este ejercicio no se realiza de forma consciente, se está obstaculizando el proceso de lograr ser empático y comprender al otro, y aún más, el poder llegar a acuerdos con éste durante la resolución de conflictos. Tal práctica permite que los acercamientos hacia el otro no sean egoístas sino más bien bondadosos.  
  • Compartir tiempo en pareja: sacar tiempo para compartir actividades entretenidas para ambos debe ser una prioridad en cualquier pareja. De lo contrario, la misma se puede convertir en una de deberes y trabajo y no de disfrute.
  • Escuchar: sacar tiempo para escuchar lo que el otro tenga que decir es un acto de consideración y bondad. No escucharlo es desvalidar las emociones que pueda estar experimentando e imposibilitando el que pueda satisfacer su necesidad de comunicarse y conectarse con el otro por medio de la comunicación.

Creando tiempo para lo importante

La vida no puede pasar en automático. Son las personas las que deciden que hacer y qué no hacer con su tiempo. Las excusas, justificaciones, y quejas cumplen su función de mantener al ser humano en su zona de comodidad. Son los factores perfectos para que vivamos vidas en rutinarias, y poco satisfactorias. Crear tiempo para lo importante es lo que permitirá que verdaderamente se pueda experimentar una vida con la que se experimente satisfacción y alegría. Así que, ¿estás sacando tiempo para lo importante?

Dra. Libna Sanjurjo. La autora es psicóloga clínica con práctica privada en Hato Rey. lasanjurjo@gmail.com

No le huyas a los procesos en las relaciones de pareja. ¡Abrázalos!

Tomar clases de pintura al óleo ha sido una experiencia fuera de lo común. Increíblemente, me ha enseñado mucho sobre la vida, específicamente sobre los procesos. Y es que, pintar al óleo requiere de varios pasos para que al final se pueda apreciar la obra terminada. Sin duda alguna, comprender todo lo que tuvo que hacer el artista antes de que se pudiera contemplar la obra permite valorar y apreciar aún más la creación del pintor.

El proceso de crear requiere de tiempo y paciencia. A su vez, con la contemplación, acción en donde se logra ver aquello que a simple vista no se ve, se logra resolver todos los distintos problemas de la pintura, problemas tales como la composición, el color, y el valor entre otros.

Así que, a medida que se va resolviendo cada problema, se va avanzando en el proceso de la creación de la obra. Con cada solución, se va comenzando a apreciar la intención del cuadro y se va visualizando el resultado final.  

Algo interesante durante el proceso es que en ciertas etapas del proceso se requiere deconstruir lo construido, ósea lo pintado hasta esa etapa, con el fin de volver a construir sobre lo deconstruido, para luego volver a deconstruirlo nuevamente, y finalmente volver a construir hasta ver la intención de la pintura.    

¿Qué son los procesos?

                Los procesos pueden iniciar en diferentes momentos de la vida. Unos son más llevaderos que otros, e inclusive pueden ser de corta o larga duración pero, sin lugar a duda, todos retarán las capacidades del individuo e impactarán su estado anímico.

Por lo general, se componen de etapas o pasos que requieren que sean experimentados y atravesados por la persona. A su vez, cada etapa, requiere de la realización de acciones que al ser ejecutadas, permiten que se domine ciertas destrezas y/o habilidades o se genere cierto aprendizaje que capacitará a la persona que pasa por el proceso para que pueda obtener y disfrutar a plenitud la finalidad o resultado deseado.

 Existen una variedad de éstos. Por ejemplo: comprar una casa; mudarse de país; ser admitido a una universidad; y muchos otros más. Todos requieren de acciones escalonadas que lleven al fin esperado. Dentro de éstos, están aquellos presentes en lo que son las relaciones de pareja.   

Los procesos en las relaciones de pareja 

                Los procesos en las relaciones de pareja, por la naturaleza misma de la relación, tienden a ser bastantes retantes debido a que el resultado deseado no depende 100 por ciento de una sola persona. De modo que, el hecho de que sea un proceso que involucra a dos implica la posibilidad de no recibir el resultado deseado a pesar del esfuerzo que haga una de las dos personas en la pareja.  

                Ejemplos de procesos en las relaciones de pareja pueden ser: la recuperación luego de una infidelidad; el recuperar la confianza del otro; el volver a conectarse emocionalmente con el otro; el lograr adaptarse y manejar crisis que experimente uno de los dos o ambos; la etapa de crianza; el nido vacío entre muchos otros más.  

La similitud entre la pintura al óleo y las relaciones de pareja

                La contemplación, presente en la creación de la obra, es de igual forma esencial en los procesos presentes en la relación de pareja. Así que, si ambos procesos pueden llegar a ser similares, la pregunta a hacer sería: ¿qué tenemos que contemplar en los procesos de pareja? Pues bien, necesitamos contemplarnos a nosotros mismos. Observar nuestras acciones, emociones, pensamientos, objetivos, intenciones, expectativas y prioridades, lo cual permitirá la auto-evaluación de la persona y el desarrollo de la conciencia de cómo se está impactando la relación de pareja con las acciones propias.

                La información obtenida en ese proceso de auto-contemplación, al igual que en la pintura al óleo, asistirá a su vez en la resolución de los problemas que enfrenta la relación. Tales problemas están directamente relacionados a los mismos miembros de la relación. ¿Cuáles podrían ser esos problemas? Bueno, falta de madurez; pobre conciencia del impacto de su conducta en el otro; pobre manejo de emociones; resentimiento; conflictos sin resolver del pasado; desconfianza; falta de empatía; pobres destrezas de comunicación y resolución de conflictos; y/o traumas del pasado entre muchos otros más.

                Por último, las acciones de construir para luego deconstruir que se dan en el proceso de la pintura al óleo serían el equivalente a los conflictos que van surgiendo en la relación y que se van resolviendo poco a poco. Cada conflicto que se enfrenta puede sacar a relucir emociones difíciles de manejar, lo cual podría ser equivalente a esos procesos de deconstrucción que se dan en la pintura. No obstante, resolver el conflicto sería a su vez el equivalente de volver a construir utilizando la analogía de la pintura. De modo que, a medida que se resuelven los conflictos en la relación, se va fortaleciendo la misma, al igual que en la pintura en donde con cada acción de construcción/deconstrucción se va revelando la intención de la pintura.  

Procesos que valen la pena atravesar

                Abrazar los procesos en las relaciones de pareja requiere de paciencia, tolerancia, persistencia, disciplina, consistencia, humildad, honestidad y determinación. Sobre todo, el objetivo debe estar puesto en el crecimiento personal de forma tal que se pueda manejar la frustración que se podría experimentar cuando la pareja no reacciona como la persona quisiera que reaccionara.

Ver el proceso como la oportunidad de obtener el crecimiento personal necesario para poder construir y mantener una relación de pareja será la recompensa primaria independientemente que la relación se mantenga o se disuelva. Si se mantiene, sería esa la recompensa secundaria. Verlo desde esa perspectiva promueve que cada persona se mantenga motivada en el proceso.  

Y sí, sin lugar a duda, vale la pena atravesar los procesos en las relaciones de pareja porque de la misma forma en la que en la pintura al óleo se logra apreciar aún más el esfuerzo realizado por el pintor en la obra terminada luego de conocer el proceso por el cual atravesó la pintura, pasar por estos procesos en las relaciones de pareja permite que se valore, aprecie y proteja la relación como una de las cosas más apreciadas en la vida. Solo valorándola, apreciándola y protegiéndola se podrá mantener viva la relación de pareja. 

Dra. Libna Sanjurjo. La autora es psicóloga clínica con práctica privada en Hato Rey. lasanjurjo@gmail.com

Aburrimiento: Prohibido en nuestra relación

Muchos de ustedes se acordarán de ese anuncio de televisión donde los miembros de la familia cantaban a coro: “lo miiismo, lo miiiismo”. Era evidente que para esa familia era casi una tortura tener que comer todos los días el mismo menú. No hay duda de que lo mismo cansa y aburre.

A su vez, el aburrimiento es opuesto a la diversión, la cual se define como una necesidad emocional que necesita ser satisfecha.  Necesitamos y queremos tener momentos felices, conversaciones amenas e interesantes; necesitamos reír tanto como necesitamos tomar agua y comer.

Pero, más allá de eso, la falta de diversión y variedad en algún aspecto de la vida provoca desmotivación, ya sea en el trabajo, la universidad o en las relaciones sociales y familiares. Tal desmotivación afectará el empeño y energía que se invierta en esa área de nuestras vidas y por consiguiente el producto final. 

Ahora bien, ¿qué tiene que ver todo esto con las relaciones de pareja? Sencillo. Dos grandes enemigos del matrimonio y de cualquier relación de pareja son la monotonía y la rutina. Sabemos muy bien que estos dos personajes producen estragos significativos en la vida de cada uno de los miembros de la relación.  

Monotonía y rutina en la relación de pareja

Al principio de la mayoría de las relaciones, éstos dos personajes están prácticamente comiendo banco como dirían los peloteros. Por otro lado, la novedad, las emociones que se generan tras la conquista, las salidas frecuentes, y el romanticismo, entre otros factores, asumen un rol protagónico durante esos primeros meses y hasta años de relación. Luego comienzan a aparecer en escena esos otros dos personajes: la monotonía y la rutina.

Éstos entran sigilosamente hasta que se van posicionando en la relación. Terminan encubriéndose con los estresores del día a día hasta que se apoderan de todo el libreto de aquella historia de amor que una vez fue emocionante y divertida.  En este punto, la relación ya deja de ser algo que genere disfrute, alegría, motivación y/o entusiasmo. Lo peor del caso, es que terminamos desmotivados en la relación y alejándonos cada vez más emocionalmente del otro.    

La realidad es que no tiene por qué ser así. El estar consciente de estos procesos sería el primer paso para combatir la monotonía y rutina en la relación de pareja. Una vez tenemos tal conciencia, el próximo paso sería tener la voluntad de actuar en contra de estos dos personajes. Lo próximo sería actuar.      

¿Qué podemos hacer para combatir la monotonía y rutina en la relación de pareja?

A continuación, algunas sugerencias:

  • Trabajar hacia el desarrollo personal a través del aprendizaje de una destreza nueva, un idioma, un deporte, disciplina, un instrumento, entre otras, permite que la pareja siga siendo algo novedoso para el otro a medida que va añadiendo aspectos nuevos a su vida haciéndose de ese modo menos predecible y más interesante. 
  • Tener proyectos individuales tales como trabajar el jardín, realizar un huerto casero, asistir como voluntario en alguna organización, y/o crear algún tipo de taller en el hogar como lo puede ser un taller de costura, cerámica, pintura, entre otros promueve que el otro se integre ya sea colaborando, asistiendo en la mano de obra, o apoyando de diferentes formas ese proyecto individual del otro. 
  • Leer de un tema que le pueda interesar a ambos de modo que puedan compartir de lo aprendido durante la cena o su tiempo como pareja.  
  • Interesarse en los intereses del otro buscando aprender, ya sea utilizando como herramienta de aprendizaje videos, libros, o audio, ayudaría a que el otro pueda compartir más de sus experiencias con su pareja al percatarse del interés del otro por lo suyo. 
  • Proponerse conocer lugares nuevos para luego invitar a la pareja a conocerlos y sorprenderlo.
  • Invitar a amistades en común a la casa o en algún otro lugar para compartir.
  • Tener iniciativa y sorprender al otro con aquello que sabe que le agrada.   
  • Buscar cantantes diferentes del género de música que le gusta al otro y así tener un tema de conversación.
  • Utilizar la tecnología como vehículo creativo para comunicar, por ejemplo, la lista del supermercado.
  • Desayunar o cenar en el balcón o en el patio.
  • Aprender a compartir los pensamientos y emociones respecto a diferentes áreas de sus vidas, promoviendo de este modo la intimidad emocional, la cual se logra al dejar que el otro tenga acceso a nuestro interior.    
  • Hacer actividades como pareja al aire libre en donde ambos puedan aprender cosas nuevas y/o divertidas.  
  • Tener proyectos juntos como tarea como puede ser viajes o aprender a tomar clases de baile.
  • En cuanto a la imagen, es importante traer variedad a los ojos de la pareja. Por ejemplo, las mujeres podrían hacerse peinados distintos como trensas, y los hombres dejarse la barba. En ambos, podrían utilizar colores de ropa diferentes; utilizar estilos de ropa variados, y/o de espejuelos podría también traer variedad a la relación.

Nuestra relación: Una gama de colores

Son innumerables las estrategias que se pueden hacer para prevenir la monotonía y la rutina en la relación. Más aun, la variedad en nuestras vidas no requiere siempre de una gran inversión de dinero. Muchas de las cosas mencionadas arriba requieren de poca o hasta ninguna aportación económica. De modo que, está de nosotros tener de forma consciente el querer provocar estos cambios tanto en nuestra persona como en nuestras acciones con el fin de combatir la monotonía y rutina en la relación.  

En conclusión, la vida no tiene por qué ser blanca y negra. Hay tantos colores y tonalidades que si nos encapsulamos en solo algunos, nos limitamos y nos hacemos aburrido para el otro.  En la variedad y la creatividad están los componentes que pueden mantener la diversión y el disfrute en la relación de pareja.    

Apoyando a la pareja en tiempos difíciles

                Esteban y Graciela llevaban siete años de casados. Eran una pareja divertida, y espontánea con varios proyectos para su futuro. Todo parecía andar de maravilla hasta que una tarde Gisela recibió la llamada de Esteban. Sus palabras apenas se entendían. Las lágrimas no lo dejaban expresarse con claridad. Gisela se alarmó por la llamada y trató de calmarlo. Sin más demora, Esteban le comunicó que le habían diagnosticado cáncer. Aquella tarde el corazón de ambos se llenó de miedo e incertidumbre.

¿Qué hacer cuando llegan los momentos difíciles?

                Los tiempos difíciles son como la estación del invierno. Llegan y dejan un escenario sin color y sobrio. Inclusive, terminan amenazando los proyectos, aspiraciones, e ilusiones vislumbradas para el futuro. Las enfermedades, el desempleo, el fallecimiento de personas amadas, entre muchas otras situaciones complejas de vida logran desestabilizar y producir incertidumbre, miedo y ansiedad.

Ante ese escenario, o se sucumbe ante la adversidad o se enfrenta la misma con valentía. De decidir enfrentarla, es crucial y esencial que la pareja ejerza un rol de apoyo y fortaleza que le permita estabilizar en la persona afectada su “suelo” conmovido por la dificultad.

¿Qué componentes son necesarios para apoyar a la pareja?

                Para apoyar a la pareja afectada por la dificultad es importante: comprender, empatizar, brindar la presencia, estar disponible, afirmar con palabras, instaurar esperanza y manejar las emociones propias. Veamos cada una en detalle: 

  • Comprender

Lo primordial para lograrapoyar y sostener a la pareja, es lograr entender su experiencia emocional. Asumir no va a ayudar, por tal razón, el promover que la otra persona exprese su sentir y pensamientos es la clave para lograr que el otro se sienta comprendido.

A su vez, lograr que el otro comparta su experiencia requiere que se promueva un ambiente de comodidad. Acciones tales como mostrar interés en conocer lo que el otro tiene que decir; escuchar activamente; y brindar completa atención ayudarán en esa creación de un ambiente cómodo.

  • Empatía

                Una vez se comprende la experiencia, lo próximo seria lograr desarrollar empatía hacia el otro. La empatía es la habilidad de poder sentir las emociones que el otro está sintiendo. Es tratar de ponerse en la piel del otro, buscando entender la experiencia emocional de la pareja.   

De modo que, validar las emociones que pueda estar sintiendo ya sea miedo, preocupación, ansiedad, y/o incertidumbre, todas esperadas en medio de un proceso de crisis, es otra manera de dejarle saber al otro que comprenden el dolor por el que está atravesando. Al validar, comunicamos que lo que siente es real y que son emociones que forman parte del proceso que atraviesa.    

  • Presencia

                En ocasiones, la persona afectada necesita la presencia de la pareja para sentirse apoyado. Sacar tiempo para estar en momentos difíciles como puede ser el acompañarlo a la funeraria a realizar los papeles del funeral o acompañarlo a las citas médicas es una manera de hacerlo sentir apoyado.    

  • Disponibilidad

La persona afectada se siente vulnerable y necesita sentir protección, seguridad e incondicionalidad. Estar presente cuando se amerite y estar dispuesto a servir en lo que se requiera forma parte de ese estar disponible. A su vez, en momentos en donde las agendas de ambos no coincidan, tener la disposición de cambiar prioridades a favor del bienestar del otro es un acto de amor y compromiso que lo hará sentir amado y atendido.  

  • Palabras de afirmación

                Durante el proceso, es importante afirmarle con palabras el compromiso que se tiene para con la relación y la determinación de acompañarlo en medio de su proceso. De igual forma, afirmarle su amor permite brindar la seguridad emocional y motivación necesaria para que la persona continúe esforzándose a favor de su bienestar. 

  • Instaurarle esperanza

                En momentos difíciles es esencial ser un agente de esperanza. La esperanza se puede proveer al fortalecer la fe de la persona e inclusive promoviendo el que vea la situación que le ocurre desde otra perspectiva. Una perspectiva en donde se pueda identificar todo el panorama y no tan solo lo negativo del “cuadro”; y en donde a su vez pueda resaltarse los aspectos positivos mucho mas que los negativos.  

  • Sorprender

Desarrollar la creatividad y ponerla en marcha es una excelente manera de provocar alegría y sorpresa en medio de su dolor. Por ejemplo, aprender algo nuevo como algún tipo de arte y regalarle algo realizado por sus propias manos es una manera de hacerle entender lo especial e importante que es esa persona y de lo que es capaz de hacer por verla feliz. Las emociones generadas por actos creativos como los mencionados llenan el tanque de emociones positivas del otro y promueve que se desarrolle mayor fortaleza para seguir avanzando y luchando.

  • Manejar sus propias emociones

                Algo que puede ayudar mucho al afectado por la dificultad es que la pareja de éste aprenda a manejar las emociones propias que se experimentan a causa de la crisis, ya que la persona afectada se puede también afectar aún más al ver el impacto de la situación en su pareja. Buscar ayuda profesional puede facilitar el proceso e igualmente el apoyo de amistades, familiares y/o comunidad religiosa. De igual forma, fortalecerse y cuidar su propio bienestar impactará positivamente la experiencia de ambos.

Oportunidad para amar

                Oportunidad para amar, esa podría ser una nueva perspectiva para ver la crisis que junto atraviesan. Ver la situación que enfrentan como esa oportunidad que tienen para poner en practica el amor incondicional y el compromiso que se tiene para con el otro lograría traer un panorama mas optimista para el futuro de ambos.   

Dra. Libna Sanjurjo. La autora es psicóloga clínica con práctica privada en Hato Rey. lasanjurjo@gmail.com

La singularidad de ser mujer

Nutrir emocionalmente: uno de los regalos de la mujer

Lorena y Joaquín dialogaban sentados en las escaleras. Joaquín la miraba silenciosamente con cierta incomodidad percibida en su postura, la cual estaba relacionada a su inseguridad en torno a cómo actuar o decir ante la comunicación de ella. Mientras más compartía ella sus emociones, mas permeaba el silencio por parte de él. De repente, ella comenzó a llorar y, como un impulso natural, Joaquín extendió su mano en su hombro y le dijo: “No te pongas así Lorena. Yo te amo flaca.” Lorena acercó su mano al rostro de Joaquín para acariciarlo, lo besó en la mejilla y le dijo: “Yo también te amo Joaquín.”  Hacían meses que ella no tenía un gesto y palabras de amor hacia él.      

La esencia especial de toda mujer

                La mujer tiene una esencia especial que he ido observando a lo largo de mi experiencia profesional. Me refiero a su capacidad de nutrir emocionalmente a través del cuidado, apoyo, consuelo, cariño, ternura, atenciones, y alegría que le brindan al otro. Sin embargo, muchas veces son traicionadas por sus propias emociones. Emociones que han sido detonadas por los estresores de la vida, asuntos personales sin resolver y por las acciones o falta de acción de sus parejas, provocando que se cohíban o desmotiven, dejando de brindar todo ese nutrir emocional que saben dar.

Por ejemplo, una mujer que ha pasado todo el día trabajando y luego llega para asistir a sus hijos pequeños termina sin energía para poder tener momentos de cercanía con su pareja. Con el tiempo se va acumulando todo el estrés del día a día dejándola sin inspiración o motivación para nutrir emocionalmente. De igual forma, mujeres que experimentan la lejanía emocional de sus esposos terminan sintiéndose cohibidas y no bienvenidas por ellos, lo que provoca que se protejan emocionalmente y dejen de dar lo que antes solían dar.     

El efecto de esa trampa termina viéndose reflejado en la relación. El hombre comienza a carecer de la fuente que lo alimentaba a nivel emocional. Comienza a carecer del cuidado, apoyo, animo, cariño, ternura, pasión, y todo el amor que una mujer puede dar. Se sienten lastimados y resentidos ante la lejanía de ellas, lo cual perpetua un ciclo de desconexión que va deteriorando la relación poco a poco.  

¿Cómo lograr que una mujer vuelva a nutrir emocionalmente a su pareja?

                Por un lado, la mujer tiene la responsabilidad de aprender a manejar sus emociones de modo que éstas no obstaculicen el que ellas puedan brindar lo que son capaces de dar, y también de resolver asuntos personales como lo pueden ser inseguridades, baja autoestima, y/o experiencias traumáticas del pasado.

Por otro lado, es mucho lo que el hombre puede hacer también para despertar esa esencia en ellas, ya que muchas veces son sus acciones o falta de acción las que apagan su deseo de nutrirlos. Entonces, ¿cómo pueden ellos contribuir a ese despertar en ellas? A través de uno de los factores que más anhela toda mujer, la comunicación.   

Activando su capacidad de nutrir emocionalmente  

                Para muchos hombres llega a ser un enigma el saber cómo dirigirse a una mujer en especial cuando éstas están en su experiencia emocional. Se sienten muchas veces poco experimentados o carentes de recursos y destrezas sociales que le permitan conducirse apropiadamente. Uno de esos recursos y/o destrezas es la comunicación. Así que, haré énfasis especial en lo que es la comunicación verbal y no verbal hacia ella.

Ante todo, es esencial que el hombre, más allá de aprender a comunicarse, aprenda también a controlar sus emociones de modo que se cree el ambiente necesario para la comunicación sea efectiva.

Comunicación verbal    

  • Emociones: déjale saber lo que sientes. Identifica las emociones que experimentas en la relación luego de haber tenido una diferencia con ella.  
  • Pensamientos: déjale saber lo que piensas en torno a lo que ocurrió entre ustedes. No esperes tener todo bien organizado en tu mente para comunicarte con ella. A veces, solo se necesita sincerarse con el otro, aunque no tengamos claro todo en la mente. Déjale saber que solo le estas compartiendo tus pensamientos.
  •  Afirmar con palabras: afirma tu compromiso y amor para con ella y la relación. Déjale saber que las diferencias que experimentan no desvalida tu querer para con ella.
  • Seguridad: déjale saber que es seguro para ella expresarte sus emociones y pensamientos. Que la quieres escuchar y entender. 
  • Validar: validar es hacerle ver a la otra persona que está bien decir lo que siente; y que su emoción es genuina y única de su propia experiencia emocional.   

Comunicación no verbal

                Hablar es indispensable para una buena comunicación. Sin embargo, existen otras maneras no verbales para lograr trasmitir un mensaje al otro. Para una mujer, esa comunicación no verbal es sumamente especial. A veces, sobran las palabras y lo único que una mujer necesita va más allá de cualquier frase o palabra, en especial en momentos de tristeza, ansiedad o dolor. ¿A qué me refiero? Me refiero al tacto, ¿cómo?, por ejemplo: un abrazo, tomarle la mano, acariciarla, y/o mirarla a los ojos, entre otros gestos no verbales que la hacen sentir protegida, cuidada, amada, y consolada.

Disfrutando su regalo

                Ningún hombre debería perderse la oportunidad de recibir todo lo hermoso que una mujer puede dar. Mas todo eso no llega de manera espontánea o fácil. Es importante que el hombre aprenda a tratar a una mujer y a provocar en ella todo lo bello que ella puede dar. Por otro lado, es importante que la mujer cultive esa esencia en ella procurando aprender a manejar sus emociones y a trabajar con todo aquello que pueda estar obstaculizando el que ella se dé a sí misma para el hombre al que eligió amar. Solo así ambos podrán disfrutar del regalo que tiene toda mujer; el regalo de nutrir emocionalmente.

Dra. Libna Sanjurjo. La autora es psicóloga clínica con práctica privada en Hato Rey. lasanjurjo@gmail.com

A la tarea de construir una relación única

Marcela y Leo tenían una relación de pareja bastante estable. Bastaba mirar la manera en que Leo se desvivía por complacer y ayudar a Marcela.

La pareja estaría cumpliendo dentro de tres meses un año de noviazgo. Ya para ese momento se veían contemplando la idea de casarse y formar una familia.

Sin embargo, Marcela no se sentía del todo satisfecha en su relación. Muchas de sus expectativas en torno a cómo “debería” ser un noviazgo no se estaban cumpliendo. Por ejemplo, todavía le afectaba que Leo pasara todo un día sin llamarla o que no le dijera con frecuencia que la amaba. Ella pensaba que ese tipo de acciones eran parte importantes de estar en pareja. Sin darse cuenta, terminaba comparándolo con las parejas de sus amistades y sintiéndose un poco desanimada en la relación.   

Un buen día, Marcela me citó para almorzar y tomar un café. Me contó su sentir respecto a la relación con Leo. Luego de escucharla, no dude en compartirle mi parecer respecto a sus emociones y pensamientos.

Primero, le platiqué sobre las diferentes maneras que tienen las personas de mostrar su amor. Para ella, podría llegar a ser muy alentador que comenzara a enfocarse en los actos de amor que hacía Leo por ella cada vez que intentaba complacerla.

Segundo, le dije que volteara su atención a la tarea hermosa de construir su propia relación, una relación única de ellos dos. Al mismo tiempo era recomendable que se fuera alejando de expectativas y/o modelos preconcebidos por los medios de comunicación, o entre sus mismo círculo social y familiar, de lo que se supone sea una relación de pareja.   

Una hermosa, gratificante y difícil tarea

Podría afirmar que al igual que Marcela, mucho de nosotros terminamos creyendo en algún momento de nuestras vidas que hay una sola manera en la que se “supone deberían” de ser las relaciones de pareja. Crecemos esperando vivir la historia de muchos protagonistas de novelas, películas y/o series de televisión, procurando copiar y vivir, quizás de forma inconsciente, lo aprendido. El problema es que cuando no se cumplen esas expectativas terminamos desilusionándonos y desanimándonos en la relación, afectando de este modo la relación y a la pareja.  

Por tal motivo, es necesario enfocar la atención en nuestra pareja con el fin de conocerla, y junto a ese conocimiento y el conocimiento de nuestra propia persona, embarcarnos en la difícil, pero hermosa y gratificante tarea de construir una relación única.  

¿Cómo entonces podemos construir nuestra historia de amor de forma única?

Construir una relación única es como crear una prenda de vestir a mano y a nuestra talla. Para confeccionarla, se utilizan diversos materiales. Se eligen diferentes telas, colores, diseños, entre otros. En el caso de las relaciones, existen varios materiales indispensables para lograr crear una relación a nuestra medida. Veamos cuales son.

Sus personalidades

¡Conócete!

               La personalidad es aquello que nos distingue de las demás personas. Las características de personalidad incluyen la manera de relacionarnos con los demás, de enfrentar la vida, de tomar decisiones y resolver problemas. Al adquirir conocimiento de nuestra propia personalidad podemos comunicarle al otro lo que necesita saber, con el fin de que logre comprendernos, evitando de este modo las malinterpretaciones de nuestras acciones.  

Sus necesidades emocionales  

¡Dile lo que quieres!

                Las necesidades emocionales son aquellas que se satisfacen cuando logramos experimentar emociones tales como el sentirnos especiales, admirados, cuidados, consentidos, amados, relajados, atendidos, y/o apoyados. Inclusive para otros, el tiempo a solas y en silencio con uno mismo también es una necesidad emocional. Cada uno de nosotros puede llegar a experimentar estas emociones con diferentes acciones que realiza la pareja.  

Comunicarle al otro la manera en que se satisfacen estas necesidades en nosotros es esencial para llegar a acuerdos que nos permitan sentirnos satisfechos y comprendidos en la relación. De este modo vamos renunciando a la famosa frase: “Se supone que tu sepas…” y a la expectativa de que el otro lea nuestra mente.       

Sus valores

¡Lo que valoro!               

Cada persona aprende a valorar ciertos aspectos de la vida de forma individual. Algunos le dan mucho valor al trabajo, al ser responsable, honesto, a la diversión, a la naturaleza, la puntualidad y/o la fidelidad entre otros. Conocer lo que mi pareja valora nos permite aprender a valorar eso que es importante para la pareja, y sobre todo a entender sus acciones. Tal aprendizaje llega a significar para el otro un acto de amor.  

La realidad de sus vidas

               Considerar la realidad de vida de cada cual es esencial para poder mostrarnos comprensivos ante el otro. Entender y tomar en consideración sus compromisos familiares, económicos, de salud, de estudio, entre otros permite crear un ambiente de respeto en la relación.

Relación en proceso de construcción

Una relación en proceso de construcción es aquella que toma en consideración al momento de la elaboración tanto la personalidad y las necesidades emocionales como los valores y la realidad de vida de cada persona. Es aquí en donde con todos estos materiales sobre la mesa, se inicia la elaboración de una relación hecha específicamente para ambos, a nuestra medida y para nada genérica. La comunicación y negociación son los instrumentos que junto con los materiales crean la obra maestra, una relación única.  Los diseñadores somos nosotros. El tiempo de la confección puede durar meses o años. Lo importante es que una vez este solidificada la relación, se de mantenimiento de modo que pueda durar toda la vida.  

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