Gisela había conocido a Pablo en una fiesta. Lograron hacer química desde el principio. La conversación fluía, y no paraban de reírse. Era evidente que se sentían atraídos físicamente el uno por el otro. A eso, se le añadía que él era el tipo de chico que a ella le gustaba, o sea, tenía su “check list”. Sin pensarlo mucho, y sin darse la oportunidad de tomarse tiempo para conocerlo, inició la construcción de una relación de pareja con él en menos dos semanas.
En el proceso, llegó a ignorar, ya sea consciente o inconsciente, las banderas rojas o conductas y/o actitudes negativas de Pablo tales como su falta de humildad para reconocer errores y su mal manejo del coraje. No pasaron más de tres meses cuando Pablo comenzó a alejarse y a distanciarse. Luego de confrontarlo por su distanciamiento, Pablo le comunicó que no quería continuar con la relación. Gisela terminó destruida. Todas sus ilusiones se habían caído al piso.
¿Qué llevó a Gisela a lanzarse de lleno a construir una relación con Pablo cuando apenas lo comenzaba a conocer? La respuesta podría estar relacionada con aspectos propios que caracterizan a las mujeres, su orientación hacia las relaciones.
Diferencias entre hombres y mujeres al momento de invertir en la construcción de una relación
Las mujeres, generalmente, son por naturaleza orientadas hacia las relaciones. De forma innata buscan crear conexiones emocionales para lograr construir una relación. A su vez, su fluidez con la comunicación, destreza más que necesaria en ese proceso de construcción de relaciones, las hace sentir usualmente seguras y con dominio de invertir energía emocional y echar a correr una relación de pareja. Incluso, muchas veces, en su anhelo de tener una relación de pareja, terminan ignorando las banderas rojas que identifican en el proceso.
Sin embargo, al contrario de las mujeres, los hombres, no están, usualmente, orientados hacia las relaciones sino más bien hacia las metas. Ellos, para invertir en una relación requieren sentir el deseo de hacerlo porque necesariamente por naturaleza no le va a nacer hacerlo de forma rápida con alguien que apenas acaban de conocer. Es ahí en donde las mujeres necesitan ser más cautelosa al momento de comenzar a construir una relación debido a que los hombres necesariamente no van a arrancar con el mismo impulso e interés de ellas. Puede que ellas les gusten, mas eso no implica que quieran tener una relación de pareja con ellas.
Para ellos, es más importante tener amigas con las cuales se puedan identificar y conectar emocionalmente más allá de la atracción física inicial. Luego de esa conexión emocional es que puede surgir en ellos el deseo de construir una relación con esa persona. Para que eso ocurra, necesitan pasar por un periodo de amistad antes de la relación de pareja en donde no se sientan presionados a construir una relación.
El problema surge cuando ellos quieren una amistad pero, involucran el contacto físico. Es aquí en donde al no establecer límites claros con ellas, terminan confundiendo a las mujeres, quienes se envuelven emocionalmente luego de contactos físicos ya que para muchas de ellas la interacción sexual y/o física implica una relación íntima que solo tendrían con alguien con quien quieren establecer una relación de pareja.
Entonces, ¿qué hacer para no arrancar a construir una relación antes de que el otro esté preparado o quiera? La respuesta está primordialmente en tomar las cosas despacio.
Sin prisa, porque el que quiera estar, está
En esencia, algo que es clave para mantener un ritmo despacio cuando se conoce a un posible prospecto es no tener la expectativa de construir una relación de pareja con esa persona que está conociendo hasta que no conozca aspectos importantes de su carácter y persona como lo son sus valores, su visión de la vida, creencias, metas, motivaciones, intenciones, y sobre todo su nivel de madurez como individuo. Todo esto se podría resumir en lograr conocer su corazón.
De modo que, pare evitar tantas rupturas y decepciones dolorosas y muchas veces traumáticas, es importante que una mujer pueda seguir ciertas guías que le permitan conocer cómo manejar ese deseo innato de una mujer de estar en una relación de pareja.
- Establecerse límites físicos y
emocionales e ir expandiéndolos a medida que la persona se vaya ganando su
confianza con palabras y hechos.
- Mantenerse enfocadas en sus metas profesionales, académicas, y personales mientras está conociendo a esa persona. De no tenerlas, comenzar a desarrollarlas.
- Aprender a tener y disfrutar su tiempo a solas.
- Mantener y continuar desarrollando relaciones de amistad.
- No estar siempre disponibles para ellos, lo cual es una manera de que ellos aprendan a valorarlas y respetar su tiempo y espacio.
- Procurar ser genuinas, honestas, y transparentes de modo que la otra persona también pueda conocer su corazón.
- Generar diferentes fuentes de alegría, diversión y entretenimiento.
- Comunicar y mostrar su interés hacia ellos con palabras y hechos.
Enamorarse del hombre y no de la relación
Más allá de tener una relación, las mujeres necesitan procurar estar seguras si son capaces de amar al hombre que elijan no tan solo porque las haga sentir feliz y/o cumpla con todos sus criterios como pareja. Además de eso, ellas necesitan enamorarse del corazón de ellos. De lo contrario, una vez tengan la relación, comenzarán a querer cambiar a la persona ya que nunca se enamoraron del individuo sino más bien de como ellos la hacían sentir y/o de lo que ellos tenían o representaban para ellas.
Lograr frenar ese deseo innato de construir relaciones no es tarea fácil para la mujer. Sin embargo, lograrlo hacer permitirá que al final puedan disfrutar de una relación en la que ambos estén dispuestos a construir.
Dra. Libna Sanjurjo. La autora es psicóloga clínica con práctica privada en Hato Rey. lasanjurjo@gmail.com