Apoyando a la pareja en tiempos difíciles

                Esteban y Graciela llevaban siete años de casados. Eran una pareja divertida, y espontánea con varios proyectos para su futuro. Todo parecía andar de maravilla hasta que una tarde Gisela recibió la llamada de Esteban. Sus palabras apenas se entendían. Las lágrimas no lo dejaban expresarse con claridad. Gisela se alarmó por la llamada y trató de calmarlo. Sin más demora, Esteban le comunicó que le habían diagnosticado cáncer. Aquella tarde el corazón de ambos se llenó de miedo e incertidumbre.

¿Qué hacer cuando llegan los momentos difíciles?

                Los tiempos difíciles son como la estación del invierno. Llegan y dejan un escenario sin color y sobrio. Inclusive, terminan amenazando los proyectos, aspiraciones, e ilusiones vislumbradas para el futuro. Las enfermedades, el desempleo, el fallecimiento de personas amadas, entre muchas otras situaciones complejas de vida logran desestabilizar y producir incertidumbre, miedo y ansiedad.

Ante ese escenario, o se sucumbe ante la adversidad o se enfrenta la misma con valentía. De decidir enfrentarla, es crucial y esencial que la pareja ejerza un rol de apoyo y fortaleza que le permita estabilizar en la persona afectada su “suelo” conmovido por la dificultad.

¿Qué componentes son necesarios para apoyar a la pareja?

                Para apoyar a la pareja afectada por la dificultad es importante: comprender, empatizar, brindar la presencia, estar disponible, afirmar con palabras, instaurar esperanza y manejar las emociones propias. Veamos cada una en detalle: 

  • Comprender

Lo primordial para lograrapoyar y sostener a la pareja, es lograr entender su experiencia emocional. Asumir no va a ayudar, por tal razón, el promover que la otra persona exprese su sentir y pensamientos es la clave para lograr que el otro se sienta comprendido.

A su vez, lograr que el otro comparta su experiencia requiere que se promueva un ambiente de comodidad. Acciones tales como mostrar interés en conocer lo que el otro tiene que decir; escuchar activamente; y brindar completa atención ayudarán en esa creación de un ambiente cómodo.

  • Empatía

                Una vez se comprende la experiencia, lo próximo seria lograr desarrollar empatía hacia el otro. La empatía es la habilidad de poder sentir las emociones que el otro está sintiendo. Es tratar de ponerse en la piel del otro, buscando entender la experiencia emocional de la pareja.   

De modo que, validar las emociones que pueda estar sintiendo ya sea miedo, preocupación, ansiedad, y/o incertidumbre, todas esperadas en medio de un proceso de crisis, es otra manera de dejarle saber al otro que comprenden el dolor por el que está atravesando. Al validar, comunicamos que lo que siente es real y que son emociones que forman parte del proceso que atraviesa.    

  • Presencia

                En ocasiones, la persona afectada necesita la presencia de la pareja para sentirse apoyado. Sacar tiempo para estar en momentos difíciles como puede ser el acompañarlo a la funeraria a realizar los papeles del funeral o acompañarlo a las citas médicas es una manera de hacerlo sentir apoyado.    

  • Disponibilidad

La persona afectada se siente vulnerable y necesita sentir protección, seguridad e incondicionalidad. Estar presente cuando se amerite y estar dispuesto a servir en lo que se requiera forma parte de ese estar disponible. A su vez, en momentos en donde las agendas de ambos no coincidan, tener la disposición de cambiar prioridades a favor del bienestar del otro es un acto de amor y compromiso que lo hará sentir amado y atendido.  

  • Palabras de afirmación

                Durante el proceso, es importante afirmarle con palabras el compromiso que se tiene para con la relación y la determinación de acompañarlo en medio de su proceso. De igual forma, afirmarle su amor permite brindar la seguridad emocional y motivación necesaria para que la persona continúe esforzándose a favor de su bienestar. 

  • Instaurarle esperanza

                En momentos difíciles es esencial ser un agente de esperanza. La esperanza se puede proveer al fortalecer la fe de la persona e inclusive promoviendo el que vea la situación que le ocurre desde otra perspectiva. Una perspectiva en donde se pueda identificar todo el panorama y no tan solo lo negativo del “cuadro”; y en donde a su vez pueda resaltarse los aspectos positivos mucho mas que los negativos.  

  • Sorprender

Desarrollar la creatividad y ponerla en marcha es una excelente manera de provocar alegría y sorpresa en medio de su dolor. Por ejemplo, aprender algo nuevo como algún tipo de arte y regalarle algo realizado por sus propias manos es una manera de hacerle entender lo especial e importante que es esa persona y de lo que es capaz de hacer por verla feliz. Las emociones generadas por actos creativos como los mencionados llenan el tanque de emociones positivas del otro y promueve que se desarrolle mayor fortaleza para seguir avanzando y luchando.

  • Manejar sus propias emociones

                Algo que puede ayudar mucho al afectado por la dificultad es que la pareja de éste aprenda a manejar las emociones propias que se experimentan a causa de la crisis, ya que la persona afectada se puede también afectar aún más al ver el impacto de la situación en su pareja. Buscar ayuda profesional puede facilitar el proceso e igualmente el apoyo de amistades, familiares y/o comunidad religiosa. De igual forma, fortalecerse y cuidar su propio bienestar impactará positivamente la experiencia de ambos.

Oportunidad para amar

                Oportunidad para amar, esa podría ser una nueva perspectiva para ver la crisis que junto atraviesan. Ver la situación que enfrentan como esa oportunidad que tienen para poner en practica el amor incondicional y el compromiso que se tiene para con el otro lograría traer un panorama mas optimista para el futuro de ambos.   

Dra. Libna Sanjurjo. La autora es psicóloga clínica con práctica privada en Hato Rey. lasanjurjo@gmail.com

La evolución del amor

¿Qué significa ser un compañero de vida? 

Hace varios años atrás, un militar me platicó acerca del tipo de relación especial que se daba entre los soldados.  Según el, cada militar tenía asignado lo que llaman un “buddy” o compañero de milicia, el cual tenía la responsabilidad de velar la espalda del otro de manera que su compañero pudiera enfocarse en hacer la función designada. 

Me compartía que ese tipo de dinámica se basaba gracias a una confianza plena en las destrezas y compromiso del otro. Confiar implicaba descansar en la protección del otro, lo cual permitía que éste se enfocara en sus tareas. De esta forma, ambos trabajaban cooperativamente a favor de la misión. 

Más allá de una pareja, todos buscamos un compañero de vida   

Al escuchar sus palabras, pensaba en la similitud de su relato con la experiencia romántica entre parejas. Un compañero de vida, al igual que un “buddy”, logra proveer esa protección y cuidado que el otro necesita, y que, a su vez, promueve que se desarrolle la confianza hacia el otro. En caso de la ausencia de esa confianza, el sentido de sobrevivencia y de protección llevaráa que la pareja se desenfoque de la relación, de la visión en común y de las tareas de cada uno, provocando a su vez que cada cual asuma una actitud defensiva y egoísta dirigida a velar por el bienestar propio.  

¿Por qué es necesario amar para ser compañero de vida? 

Más allá de esto, un compañero de vida se convierte en ese alguien que logra transcender el verbo quererpara accionar en lo que es el verbo amar.Para comprender esta aseveración más claramente, es necesario clarificar la diferencia entre querer y amar.  

Quereres una palabra que proviene del latín y significa “tratar de obtener”. En cuanto al amor, podríamos definirlo como un conjunto de conductas y actitudes que resultan desinteresados e incondicionales hacia otra persona. De modo que, la definición del querer tiene más que ver con uno mismo que con el otro. Por el contrario, amar según la definición, está más ligado al otro que a uno mismo.

Ahora bien, ¿por qué es necesario amar si quiero ser el compañero de vida de alguien?La respuesta estriba en que el querer puede llegar a ser pasajero. Hoy puedo querer algo y mañana no. Sin embargo, ser compañero de vida implica un compromiso para toda vida. Por lo tanto, se requiere de una fuerza profunda y duradera que permita sobrepasar las adversidades y batallas que se presentan en la vida matrimonial. Esa fuerza no es otra cosa que el amor. 

Trascendiendo del querer al verbo amar

Al considerar las experiencias románticas de estos tiempos, existe una tendencia que se dirige más hacia el verbo quererque hacia el verbo amar en nuestra sociedad actual. Buscamos obtener esa experiencia que nos venden en las películas, novelas, y/o canciones, y que logra alimentar nuestras emociones. Nos dirigimos hacia ese otro buscando obtener atención, aprecio, sexo, comprensión entre otras necesidades emocionales. Cuando esto no se da, comenzamos a demandar y a reclamar, lo cual trae un sin número de conflictos a la relación. Desafortunadamente, en ese querer terminamos hiriendo al otro cuando ya no es capaz de suplir tales necesidades. 

Por el contrario, el que ama: busca la satisfacción del otro, su alegría, su tranquilidad, su desarrollo como individuo, y su bienestar en general; intenta entender al otro y empatizar con él/ella; y busca suplir sus necesidades. En pocas palabras, amar tiene que ver con lo que yo puedo hacer por el otro y no con lo que el otro puede hacer por mí.

Plantearnos preguntas como las siguientes podría ayudarnos a ubicarnos donde estamos parados con respecto a nuestra disposición de querer versus amar:

  • ¿logro identificar cualidades en ese otro que me motivan a agradarle, complacerle, cuidarlo, servirle, protegerlo, acariciarlo, afirmarlo, o pasar tiempo con el/ella?
  • ¿cuánto quiero satisfacer yo las necesidades de ese otro? 
  • ¿Soy feliz al lograr hacer feliz a ese otro o busco solamente que me hagan feliz a mí?
  • ¿busco dar o solo recibir?

Lograr evolucionar del quereral amares parte de esa transformación que cada pareja comprometida debería aspirar a alcanzar. Lamentablemente, el querernos limita al mantenernos en un estado egoísta que no nos permite ir mas allá de nosotros mismos. Es amando que logramos crecer y madurar como individuos. 

¿Cómo logro ir más allá del querer en mi relación matrimonial?            

            El quereres parte de esa experiencia romántica que todos en algún momento de nuestras vidas vamos a experimentar, más no debería ser nuestra meta final. Anhelar trascender de esa experiencia y movernos hacia la experiencia de amar significaría lograr experimentar la manifestación de humanidad más grande que cualquier persona puede llegar a alcanzar.  

            La realidad es que no existe formular exacta para aprender a amar. De hecho, para algunas personas amar no ha sido parte de su experiencia y por consiguiente se les hace difícil hacerlo ya sea por lo heridos que están; por sus carencias afectivas; sus necesidades insatisfechas; por el mal modelaje recibido por sus padres; por miedo a sentirse vulnerable; y/o el pobre manejo de sus emociones. Sin embargo, al ser el amor una decisión, podemos trazar una guía que nos permita comenzar a concretizar tal acción. 

A continuación, algunas tareas a realizar: 

  • Amarse primero a si mismo siendo bondadosos y compasivos.  
  • Aprender a ser feliz y a estar en paz con la propia persona resolviendo los asuntos sin resolver de la infancia y el pasado. 
  • Buscar fuentes alternas de satisfacción personal y felicidad que no dependan de lo que el otro me puede dar. De esa manera estará lleno emocionalmente para poderle dar a su pareja.  
  • Aprender a resaltar las fortalezas de mi pareja y enfocarme en ellas y en sus esfuerzos a favor del hogar. 
  • Practicar la tolerancia y la paciencia; ser agradecidos y respetar al otro; buscar satisfacer las necesidades del otro; y aprender a valorar lo que mi pareja valora y hace por mí.

Amar: el camino hacia un compromiso de por vida  

Cuando decidimos amarnos convertimos en ese compañero de vida que está dispuesto a acompañar a ese otro en las buenas y en las malas; en la salud y en la enfermedad; en la abundancia y en la pobreza. Solo amando podemos ser ese compañero de vida que todos en lo más profundo de nuestro ser deseamos.     

Dra. Libna Sanjurjo. La autora es psicóloga clínica con práctica privada en Hato Rey. lasanjurjo@gmail.com